Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Gracia

C. Cruz, 4, 06290 Usagre, Badajoz

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia se trata de realización gótico-mudéjar de gran interés, originaria del siglo XV, aunque profundamente modificada después por sucesivas remodelaciones. Su aspecto actual data de la reconstrucción llevada a cabo en 1819. En la actualidad aparece como una construcción de destacadas proporciones, realizada en mampostería de piedra y ladrillo. Su planta es de tres naves divididas en tres tramos, con bóvedas de cañón sobre potentes pilares, y a los pies coro y atrio de acceso. La cabecera, que resulta la zona más antigua, presenta estructura de triple espacio, con ábside poligonal y capillas cuadrangulares blanqueándolo, con cubiertas de crucería. Diversos edículos de variadas características se anejan al cuerpo principal de la construcción, originando un conjunto de variada morfología y particular atractivo plástico.

Al exterior llama la atención la capilla absidal del costado del Evangelio, con su remate almenado sobre triple arquería y friso de ladrillo.

La fachada frontal presenta a la izquierda una espadaña torreada de sencilla factura, con dos amplios campanarios. Centrada bajo el hastial se abre una portada de piedra, de severo diseño clasicista, con finas pilastras laterales y elemental arquitrabe de coronación. Bajo el arco que lo remata por la parte superior, se cobija una hornacina en la que se aloja una hierática imagen de piedra, representando a la Virgen con el Niño, obra de gran interés, probablemente visigoda o mozárabe.

Especial valor reviste la portada del lado del Evangelio, atribuida por Mélida a la pequeña iglesia de la aldea de la Cardenchosa, y cuya estructura resulta muy semejante a la existente en la parroquial de Lobón, si bien ésta se presenta encalada. Se trata de una excelente realización mudéjar, ejecutada por completo en ladrillo visto. Consta de arco apuntado configurado por sucesivos baquetones que se rematan con un elevado conopio y enmarque en alfiz, Las amplias albanegas se cubren con tracerías terminadas en florones. Bajo el conopio se aloja una pequeña ménsula correspondiente a una imagen hoy desaparecida. Por encima del alfiz se sitúa un lienzo de ladrillo rematado con una cornisa de canecillos. Para resguardar esta portada, con motivo de la última restauración ejecutada, se dispuso, cobijándola, una visera de mampostería que la encuadra por completo, en términos que desvirtúan la entidad de la hermosa pieza.

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